1 de abril de 2011

La intimidad según Billy Wilder

En una secuencia antológica de humor, Sherlock Holmes (un Robert Stephens con un aire a Oscar Wilde) acaba de fingirse homosexual y pareja del Dr. Watson para esquivar las pretensiones matrimoniales de una muy loca diva del ballet ruso que previamente había desestimado las ilustres candidaturas de Tolstoi por demasiado viejo, de Nietzsche por demasiado alemán, y de Tchaikovski, nos explica un fabuloso Clive Revill, porque “women…are not his glass of tea”, es decir, por homosexual. Esto acontece en el camerino de la diva y mientras Watson (Colin Blakely) disfruta de la animada compañía de varias jóvenes bailarinas en el escenario del teatro. Todo se propala en un ballet ruso, y mientras Holmes regresa a casa, un hasta entonces exultante Watson contempla como ambiguos bailarines toman el relevo de las voluptuosas chicas que, agarrándolo por los brazos, cancaneaban junto a él. Puesto al corriente de las “revelaciones” de Holmes, un furioso Watson corre hacia el 221B de Baker Street, donde encuentra a un Holmes impecablemente flemático, para a continuación sostener ambos una divertida discusión que concluirá con uno de mis diálogos favoritos del cine, y que reproduzco literalmente a continuación:

Watson: Holmes, let me ask you a question. I hope I´m not being presumptuous, but
              there have been women in your life?
Holmes: The answer is yes...(Watson sonríe aliviado)...you´re being presumptuous.
              Good night Watson.

W: Holmes, déjeme hacerle una pregunta. Espero no estar siendo presuntuoso, pero ¿ha habido mujeres en su vida?
H: La respuesta es sí…(Watson sonríe aliviado)…usted está siendo presuntuoso. Buenas noches Watson

Réplica valiente y extraordinaria, mayormente a la luz de cómo hoy en día se expone sin tapujos la intimidad propia y ajena en tantos medios.

Las líneas anteriores pertenecen a “La vida privada de Sherlock Holmes” (“The Private Life of Sherlock Holmes”, 1970), junto con “El apartamento” (1960) la película de Billy Wilder que más me gusta, una obra de madurez (Wilder contaba 63 años) que gana a cada revisión.

La gran broma de Wilder es que su Holmes se nos van revelando más bien nada homosexual, y que la fachada del misógino da paso a la realidad de un romántico finalmente engañado.

El irreverente tratamiento del personaje de Arthur Conan Doyle se transforma en un muy personal homenaje en función de la ética personal de Wilder y su guionista I.A.L. Diamond, regalando ambos a su personaje un plano de una extraordinaria delicadeza, casi pictórica, aquel en que el detective, recién enterado de que la mujer de la que se ha enamorado es en realidad una espía que lo ha utilizado, arropa la hermosa espalda desnuda de su amante con la ayuda de una sombrilla, un objeto que hasta ese momento ha simbolizado el engaño de la mujer y al que Wilder terminará otorgando un sentido muy distinto en un muy imaginativo giro.

En la película destaca el tema esencial que recorre gran parte de la obra de Billy Wilder: el de la contradicción entre las apariencias y la realidad, esta vez en el marco de una obra maestra que comienza en comedia bufa para concluir casi en tragedia romántica. 

7 comentarios:

  1. Tendré que ver esta película, ya que si está a la altura del apartamento será una opción muy buena para esta Semana Santa. No se el motivo por el que "La vida privada de Sherlock Holmes" no está entre las películas más conocidas de Billy Wider, así que la veré y te daré mis impresiones.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo en que "La vida privada de Sherlock Holmes" es una excelente película. En tu reflexión incides en lo que desde mi punto de vista son aspectos sobresalientes de la misma; el diálogo entre Watson y Holmes acerca del gusto por las mujeres de este último, el parasol de la espía, vehículo de comunicación durante la película así como vía para una despedida romántica y en clave entre Holmes y su enamorada. A estas dos reseñas sobresalientes hay que añadir la intriga y acción durante toda la película sin caer, como bien dices, en exponerlo todo. También me quedo con los hermosos paísajes de las Highlands recorridos en bicicleta por los tres protagonistas y con música de violín de fondo.
    Gracias por revelarme esta obra maestra.

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  3. Es una película inagotable en momentos de comedia y de drama. Lo mismo podría haberme extendido sobre el fragmento final desde que Holmes descubre que la chica es una espía, donde Wilder, que se esforzó siempre por parecer un cínico, hace poesía.
    ¿Por qué esta película no está aún entre las más recordadas de Wilder? Varias razones: en su momento fue un fracaso estrepitoso de público, la crítica la acogió con tibieza, un reparto con buenos pero muy poco conocidos actores ingleses, el propio Wilder no quedó satisfecho con el resultado,...Pero tiempo al tiempo. "Fedora", de 1978, también espera una revalorización.

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  4. Si, esperemos que el tiempo haga justicia con esta película. Tal vez el público de la época esperaba un Wilder más próximo a sus anteriores películas. Desde luego, si yo hubiera visto la película sin conocer al director, nunca hubiera dicho que es de Wilder; algo que le hace, si cabe, mejor director, al tener más variedad de registros.

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  5. Wilder pareció preferir siempre los temas contemporáneos, de hecho es de los pocos directores de su generación que no rodó un western, como sí llegaron a hacer compatriotas suyos emigrados a Hollywood como Fritz Lang, Preminger o Zinnemann. Debió resultar sorprendente su aproximación a la Inglaterra victoriana, aunque ya se había atrevido con la Viena del emperador Francisco José en "El vals del emperador" en 1948. Como en otros casos en la historia del cine, con "La vida privada de Sherlock Holmes" un gran creador hace la película que nadie esperaba y le sale una obra maestra.

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  6. Javier, comparto contigo la calificación de Obra maestra. Personalmente, me gusta más la primera parte con esos dialogos chispeantes entre Holmes y Watson.
    Siempre es un placer seguir tus sabios consejos.
    Gracias,
    JM

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  7. Muchas gracias Juan, ni mucho menos considero mis consejos como sabios. Sólo espero que de vez en cuando alguien se anime a ver alguna película que me ha entusiasmado.
    La filmografía de Wilder, quizás como ninguna otra, está plagada de diálogos como tú bien dices chispeantes, de inteligencia, de agudeza, de malicia y de insolencia. Y especialmente los son a partir del inicio de su colaboración con el guionista judío-rumano I.A.L. Diamond en "Ariane" (1957) y que se extendería hasta el final de la carrera de ambos. Diamond es una figura clave en los mejores logros de Wilder. Recuerdo como Wilder, y me ha parecido siempre muy curioso, en el magnífico libro-entrevista de Helmut Karasek, nos da la imagen de un Diamond algo mojigato que mientras escribían los guiones parecia cortarle las alas al austríaco en sus procacidades, como si este quisiera dejar bien clara su paternidad sobre las frases picantes o atrevidas que tanto se han celebrado siempre como una de sus marcas de fábrica.

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